Tras casi cuatro años de silencio, Bebe ha vuelto al estudio para grabar sus nuevas composiciones de la mano de Carlos Jean, el productor de sus dos primeros álbumes. El resultado es Cambio de piel, un reencuentro con la mejor Bebe, creativa e íntima, sensual y sincera. Cuatro años de vivencias, ordenando su vida, escribiendo y componiendo, para ofrecernos la mejor colección de canciones imaginables.
Cambio de piel nace tras un largo periodo de descanso y reflexión. Sin renunciar a nada, Bebe se reinventa en su cuarto álbum recuperando la esencia de lo que un día le valió ser toda una revelación de la música popular. El año de trabajo junto a Carlos Jean la ha llevado a grabar el que será el disco de su consagración, un trabajo muy personal, fruto de múltiples experiencias, en el que la poesía de la vida se da cita con su inconfundible voz.
Bebe, se nota desde un primer instante, ha crecido artísticamente. En Cambio de piel muestra una decidida voluntad de retomar las riendas de su carrera volviendo a un sonido y una expresividad que es marca de la casa. Completamente involucrada en su nuevo trabajo, ha elegido el camino y en él se encontraba una vez más Carlos Jean, la persona que mejor la ha entendido en el estudio, productor de sus dos primeros discos, Pafuera telarañas e Y., el traductor perfecto de lo que Bebe quería plasmar en su nuevo disco. “Desde siempre me ha gustado trabajar con Carlos. Si no lo hice en mi anterior álbum fue por una necesidad de volar y de abrir nuevos caminos. Pero echaba de menos trabajar con él. Nos entendemos, nos comunicamos y además, él sabe leerme muy bien. El disco lo cogimos con muchas ganas porque hacía bastante tiempo que no trabajábamos juntos”.
Los seis años que han pasado desde la publicación del segundo disco de Bebe han dado una perspectiva nueva al trabajo del productor y la artista. Ambos se encontraban a gusto y pensaban que el reencuentro era positivo. “No me cansaré de decir que Carlos ha hecho un trabajo maravilloso. Además, su estudio es un lugar magnífico donde me encuentro muy a gusto. Tuvimos mucha tranquilidad, mucha intimidad para trabajar de manera especial”.
Carlos y Bebe, con absoluta libertad creativa, se pusieron manos a la obra hace aproximadamente un año, filtrando las composiciones, puliendo las maquetas hasta tener confeccionada la lista de canciones que entrarían en el disco. El trabajo se hizo en el estudio de Carlos Jean consiguiendo que la conexión entre artista y productor fuera perfecta. “Me encontré muy a gusto durante la preparación y grabación del disco. Profesionalmente estoy en un momento muy bonito, con experiencia y recorrido acumulado, pero con el sentimiento una vez más de estar empezando de cero. En los últimos años de mi vida han pasado muchas cosas. En lo profesional ha habido un cambio de discográfica, que trajo un cambio de entorno que asumí sin dramatismo, positivamente, porque esos cambios a veces son necesarios. Reinventarse es muy positivo”.
A lo largo de los meses, artista y productor dieron forma a las composiciones y a los arreglos, permitiendo que evolucionaran y fueran creciendo. Desde el comienzo Bebe tenía muchas canciones donde elegir pero al final se quedó sólo con las que mejor expresaban lo que quería decir. “Todas son de la misma época, más o menos del mismo año. Quizá Borrones sea la excepción, la más antigua, de 2013. Es de cuando Carlos y yo empezamos a estudiar la posibilidad de hacer juntos el disco. Parte de Respirar también es de unos meses antes de Borrones. Las siguientes son todas más recientes. Animales hambrientos es de finales de 2013 y el resto de 2014”. En todo ese periodo de tiempo Bebe descubrió las ganas que tenía de cantar nuevamente. “Ese sentimiento se lo debo en gran medida a Carlos. Recuerdo cómo en el segundo disco Carlos me invitaba a cantar más. Y yo lo que hacía era susurrar. Esta vez ha sido distinto. Esas ganas se las debo a Carlos”.
Antes de entrar en el estudio a grabar, Bebe quiso interpretar las canciones en un pequeño teatro frente a un reducido grupo de amigos y allegados para comprobar su reacción y que dieran su opinión. Fue una prueba muy interesante para el equipo. Bebe y Carlos ultimaron allí la selección de canciones. “Es verdad que siempre tengo un punto de melancolía en mis temas. Cuando estás melancólica, eres más reflexiva, interiorizas más y escribes más. Pero yo también quería que hubiera mucha alegría. La alegría es una suerte de explosión. Ambos estados de ánimo me sirvieron. No me censuré nada. Simplemente escogí las canciones con las que quería expresarme”.
Esa alegría, casi euforia, se refleja en canciones como Todo lo que deseaba. “Surgió en mi coche, mudándome hacia mi nueva casa, cargada hasta arriba de cajas, mientras mi chico tocaba la guitarra, con solo dos notas, y salió eso de cabo a rabo, la canción completa, música y letra. Así quedó, no se cambió nada en el estudio. Hay canciones que salen de esa forma. Tan lejos tan cerca fue algo parecido. Y Borrones también es otra de esas canciones que salen de un tirón desde el principio. En cambio, otras letras necesitan más trabajo y no salen a la primera”.
La primera impresión al escuchar Cambio de piel es la de encontrarnos ante una colección de títulos autobiográficos, canciones muy hondas, unas introspectivas, a veces tremendamente desgarradas, y otras optimistas y felices, pero siempre reflexiones muy personales. En cuanto a instrumentación, destaca especialmente la omnipresencia del piano en casi todos los temas: “Era un deseo personal mío. Hace unos años, mientras trabajábamos en mis dos primeros discos, yo siempre decía: ‘Carlos, cuando yo sea mayor, empezaremos a meter piano’ [risas]. Era un viejo deseo por fin hecho realidad. Además, como quería cantar mucho, el piano me ayudaba. Tenía muchas ganas de tener piano en mis discos y estas canciones lo pedían”.
Las canciones de Cambio de piel hablan de vivencias, letras que describen cada momento de la vida de la artista, sentimientos, relaciones con personas cercanas, amores, desamores y, también, cómo no, su hija. Sin duda el momento emocional actual de Bebe como cantante y compositora se entiende con la llegada de Candela, una hija que le ha aportado ilusión y felicidad, la luz que todos necesitamos. Incluso llega a parecer que Bebe hace un pequeño strip-tease emocional en cada canción de Cambio de piel. “Es muy terapéutico para mí poder hacer eso, expresarme de esta manera es curativo, pero expulsar todos esos sentimientos también es muy hermoso. Tomar distancia de las canciones me sirve igualmente para reflexionar. Escribir, aunque sólo sea para uno mismo, es muy sano a nivel íntimo. Y, en mi caso, los estados de ánimo tienen una gran influencia a la hora de escribir las letras”.
Algunas palabras se repiten a lo largo del disco, por ejemplo piel y corazón. “Son repeticiones no buscadas. Salen así. Incluso piel vuelve a estar en el título del disco. Una cosa lleva a la otra. [risas] También hablo de seducción y sexo, como en todos mis discos, o de los ojos y las miradas. A los ojos les doy mucha importancia en general. Con ellos puedes hablar, leer, escuchar… Con los ojos puedes engañar o te pueden engañar. Los ojos se expresan en un lenguaje muy profundo. A veces las palabras nos pierden, nos desorientan, pero los ojos, como el olfato para los animales, nos dicen a quién tenemos delante”.
Bebe suele ser muy explicita y mostrarse sin dobleces en sus canciones. Cambio de piel no es una excepción. La Bebe más íntima es la que aparece en cada una de las canciones de Cambio de piel, una Bebe para escuchar en la proximidad. “Yo creo que he sido una cantante bastante cercana e íntima en todos mis discos. Pero en esta ocasión creo haber hecho un disco más hondo aún. De hecho, he imaginado las primeras presentaciones de Cambio de piel en lugares pequeños, en teatros y sitios así. Los sonidos de estas canciones necesitan de cierta intimidad. En general me gusta la intimidad y esta vez quisiera que la gente estuviera sentada para escucharlo”.
“Gracias a la vida por darme una nueva oportunidad” es una frase incluida en los créditos del disco y que resume muchas cosas. En esa frase algo enigmática se esconden emociones muy personales e íntimas de Bebe. “Por muchas razones pienso que soy muy afortunada de poder hacer lo que estoy haciendo, reinventándome una vez más. Cada día que amanece es una nueva oportunidad. Seguir trabajando en lo que me gusta y conseguir hacer de este medio de expresión un oficio, es una nueva oportunidad. Y levantarme cada mañana y ver los ojos de mi hija es una suerte. Creo que siempre hay que darle gracias a la vida. Hoy doy gracias por haber podido hacer otro disco, haber podido trabajar nuevamente con Carlos Jean y haber conseguido estos resultados. Doy gracias a la vida por tantas cosas…”.
Vale la pena escuchar a Bebe con las letras de las canciones a mano. Es seguramente la manera más directa de sumergirse en su universo. Y aviso para navegantes: para llegar al fondo de este Cambio de piel, es aconsejable sumergirse varias veces en él y cuantas más veces nos zambullamos, mejor. Cambio de piel es un disco de largo recorrido, una obra para personas apasionadas que cuanto más suene, más hondo llega.
Las entradas se pueden comprar en la página web de Donostia Kultura. El espectáculo comenzará a las 20:00 horas del viernes, 17 de Marzo.