Mutaciones en el lado oscuro del genoma causan leucemia

Un grupo de investigadores, en el que participan miembros de la Cátedra Interuniversitaria de Derecho y Genoma Humano de la UPV/EHU y Deusto, descifra el genoma de más de 500 pacientes con leucemia e identifica mutaciones recurrentes en regiones no codificantes del genoma, lo que aporta nuevas claves sobre el desarrollo del cáncer.

 

Se acaba de publicar en la prestigiosa revista Nature un trabajo que supone un hito en la investigación científica en nuestro país, al haberse secuenciado los genomas de las células normales y tumorales de más de 500 pacientes con uno de los tumores más frecuentes, la leucemia linfática crónica.

Esta es la leucemia más frecuente en los países occidentales, con más de mil nuevos pacientes diagnosticados cada año solo en el estado español.  

Conocer qué cambios genéticos provocan el desarrollo tumoral y cómo influyen en el desarrollo de la enfermedad es un paso fundamental para mejorar el tratamiento del cáncer. Los resultados constituyen uno de los pilares en los que se va a sustentar la llamada Medicina de Precisión. Así, el análisis genómico de un tumor permitirá una mejor clasificación del paciente y un tratamiento basado en el tipo de mutaciones genéticas detectadas en el tumor.

La publicación es fruto del esfuerzo del Consorcio Español para el Estudio del Genoma de la Leucemia Linfática Crónica, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad a través del Instituto de Salud Carlos III, y enmarcado dentro del Consorcio Internacional de los Genomas del Cáncer (ICGC). Este consorcio reúne a científicos de más de quince países y de la Unión Europea, incluidos especialistas en informática, ética y derecho. El Consorcio Español está dirigido por los doctores Carlos López-Otín, de la Universidad de Oviedo, y Elías Campo, del Hospital Clínic, el IDIBAPS y la Universidad de Barcelona.

La Cátedra Interuniversitaria de Derecho y Genoma Humano, de la Universidad del País Vasco y la Universidad de Deusto, forma parte de este consorcio, en el que están involucrados más directamente los doctores Carlos Romeo Casabona y Pilar Nicolás. Su colaboración se ha centrado en asesorar sobre las implicaciones éticas y legales de las investigaciones. 

“La garantía del respeto a los derechos de los donantes de las muestras biológicas analizadas ha sido una prioridad del proyecto”, ha declarado el doctor Romeo Casabona. “Desde que se inició la investigación se ha trabajado en procurar a los donantes de las muestras una información adecuada sobre los análisis que se iban a llevar a cabo; asegurar el respeto a sus decisiones; proteger la confidencialidad de sus datos; y revisar los procedimientos por parte de Comités de Ética independientes”.

El marco legal que regula esta investigación y en el que ha asentado el proyecto se aprobó en al año 2007, cuando se publicó la Ley de Investigación Biomédica, y se desarrolló en 2011 mediante un Real Decreto sobre biobancos y el tratamiento de muestras biológicas de origen humano para este tipo de objetivos. En la redacción preparatoria de ambas normas participó también la Cátedra Interuniversitaria de Derecho y Genoma Humano. A partir de entonces se ha seguido desarrollando también en el ámbito de las Comunidades Autónomas. Este mismo mes se ha aprobado el decreto que regula el régimen de autorización y funcionamiento de biobancos con fines de investigación biomédica en la Comunidad Autónoma de Euskadi. “Esta investigación en curso es un ejemplo de cómo sólo a través de grandes grupos de científicos nacionales y extranjeros, bien coordinados, y contando con una normativa internacional de aplicación universal que apoye la investigación y que encauce equitativamente los diversos intereses en juego, pueden lograrse resultados ambiciosos y esperanzadores”, concluye Romeo Casabona.

La comparación del genoma de las células tumorales con el de las células sanas del mismo paciente revela que cada célula tumoral ha acumulado unas tres mil mutaciones en su genoma. “Este estudio nos ha permitido definir 60 genes distintos cuyas mutaciones provocan el desarrollo del tumor”, comenta el doctor López-Otín. “Sin embargo, el hallazgo más relevante del estudio ha sido la identificación de mutaciones en zonas del genoma que no codifican proteínas y cuya relevancia funcional es todavía muy poco conocida”, añade. “Estas regiones representan el 98% de nuestro genoma, pero se conocen tan poco que no se suelen analizar en los pacientes” comenta el doctor Xose S. Puente, de la Universidad de Oviedo y primer firmante del estudio. “En este trabajo hemos demostrado que uno de cada cinco tumores surge por mutaciones en estas regiones oscuras del genoma, y su conocimiento es fundamental ya que influyen en el pronóstico de la enfermedad”. 

El estudio revela también el impacto de diversas mutaciones en la evolución clínica de los pacientes. “Este trabajo proporciona un catálogo muy completo de las alteraciones genéticas más importantes que causan el desarrollo de esta leucemia”, comenta el doctor Elías Campo.