Crónica del Bilbao BBK Live 2017

Por la redacción de www.oceaund.com

Crónica del jueves
Afincados en Madrid, Rufus T. Firefly demostraron que el mejor indie nacional no es ese que encabeza otros festivales y llenan recintos gigantes con giras de despedida que no existes. La banda liderada por Víctor Cabezuelo, muy juntos entre sí en el escenario, se mostraron igual de compactos con el sonido y sus temas. Pero no fue hasta Circa Waves cuando subió el volumen en Kobetamendi. Con un Kieran Shudall a la cabeza del cuarteto y el guitarrista Joe Falconer desde los primeros acordes, los de Liverpool demostraron que, pese a ser continuistas con su último trabajo, en directo son muy potentes.

Los norteamericanos Cage the Elephant fueron una de las actuaciones del día. No solo porque su cantante Matt Shultz sea en directo una versión vitaminada de Mick Jagger sino también porque su hermano Brad bajo al público durante el segundo tema para el placer de los fotógrafos allí todavía presentes. Tienen unos cuantos hits potentes como ‘Ain’t No Rest for the Wicked’ que coreó la gente de principio a fin.

La apuesta arriesgada del día fue la inclusión de Austra en el cartel. Los canadienses presentaron en Bilbao Future Politics, en el escenario Starman. La carpa acogió a los canadienses de forma acertada pero no fue tan acertada la hora en la que actuaron. La intimidad de letras reivindicativas y los juegos de luces hubiesen brillado con mayor fuerza durante la noche. Luciéndose con un vestido rojo de terciopelo digno de Agatha Ruiz de la Prada, Katie Stelmanis demostró que sus días pasados en el coro de niños de la Ópera de Canadá contribuyeron a su calidad vocal. Comenzaron fuerte con ‘Future Politics’ y ‘Utopia’ y aún así el concierto no decayó. Tanto ‘I’m A Monster’ o ‘I Love You More Than You Love Yourself’ estuvieron al frente para mantener al público expectantes.

Para Depeche Mode actuar en el Bilbao BBK Live es como tocar en casa. Es su tercera vez desde 2009 encabezando el evento de Kobetamendi y, curiosamente, el intervalo de tiempo siempre es el mismo: cuatro años. Los ingleses no necesitan publicar nuevo disco para salir de gira, llevan cuarenta años en el negocio. Estos nuevos trabajos ya no son como los añejos Violator o Black Celebration, ni poseen su frescura, y además ocupan espacio en el setlist que podría ser para temas más representativos. Los ingleses son toda una eminencia de la música electrónica inglesa de los años ochenta e hicieron valer sus galones frente al público vasco. David Gahan está en un estado de forma envidiable y no para de moverse y bailar durante toda la actuación. Además, la banda ejecuta con maestría sus composiciones aunque es inevitable que muchos de sus temas cambien en comparación al disco. Eso sí, no faltaron clásicos como ‘Personal Jesus’ o ‘Enjoy the Silence con los que la gente conecta al instante.

Spoon tienen todo un tourmalet este fin de semana con Bilbao BBK Live, Mad Cool y NOS Alive. Ayer empezaron en Vizcaya y se les vio con fuerza y frescos. Sus temas post punk del álbum Hot Thoughts junto a otros más clásicos hacen que el setlist de los norteamericanos esté variado de temas más rockeros y otros más lentos. La banda hubiese ganado más a plena luz del día, no tienen grandes juegos de luces ni imágenes y siempre se agradece ver a buenos músicos en todo su esplendor.

Cerraron la noche en el escenario Bilbao Justice dando pie a que Basoa tomase el relevo. Las similitudes del proyecto de Gaspard Augé y Xavier de Rosnay con la propuesta de Daft Punk va más allá del dueto y la nacionalidad, son tal palpables que abruman en directo. Una enorme cruz latina aguardaba la actuación del dúo francés flanqueados por un muro de amplificadores Marshall. Elementos que se convirtieron en un añadido más para el impactante y epiléptico montaje de luces. Paneles de luces descendían, se movían y formaron una enorme cruz según sonaban las canciones de Woman, el último trabajo Justice. En el ecuador del concierto se ausentaron a causa de un impasse técnico que fue resuelto tras varios minutos reiniciando al público. Los franceses son un valor seguro para finalizar la jornada de cualquier festival pero no para ser una de las actuaciones principales.

Crónica del viernes
Los británicos The Amazons son una de las sensaciones de Reino Unido y son considerados como los emergentes del momento. Matt Thompson, cantante y líder de la banda, tiene una pose rockera que hace las delicias de sus fans en primeras filas. En cuanto a lo musical, los candidatos al BBC Sounf Of, no han inventado la rueda precisamente. Aún así su disco debut homónimo suena bien y con potencia aunque en alguna ocasión el cantante parece más pendiente de agitar su melena rojiza que de tocar. A otro lado del recinto, Explosions in the Sky dieron un recital de música instrumental. Fue una banda incomprendida por la mayoría y disfrutada por unos pocos. Los norteamericanos interpretaron al milímetro sus temas aunque fue una pena que tocasen a plena luz del día ya que de noche y con sus luces, la banda alcanza cotas indescriptibles.

Fleet Foxes fueron la antesala en el escenario Bilbao a The Killers, un reto complicado ante una audiencia que parecía estar allí esperando a que se presenciase la figura de Brandon Flowers. No ayudó esta presión al inicio de los de Seattle. La banda sonó densa y con dificultad para discernir qué instrumento sonaba por encima de los otros. Las dos primeras canciones resultaron un amasijo de niveles sonoros que, por arte de magia, se resolvieron cuando a Robin Pecknold se le rompió una cuerda de la guitarra. Ese cambio pareció ser el truco para que unos Fleet Foxes más seguros y contundentes tomaran el escenario e hiciesen que su distintivo folk el mejor truco de ilusionismo. Interpretaron canciones de Crack-Up, su nuevo trabajo, al igual que las reconocidas por el público ‘Helplessness Blues’ y ‘White Winter Hymnal’. Parecía ser el truco final que al terminar Fleet Foxes la neblina se apoderase del monte como si fuese una cortina de humo.

Si por algo se caracteriza el directo de Phoenix es por ser magistral e intachable a partes iguales. Los franceses son capaces de virar su espectáculo hacia los derroteros que más les apetezcan con carisma y cercanía. Conscientes de que Ti Amo es demasiado reciente como para que los asistentes se desgañiten coreándolo prefirieron asentar temas como ‘J-Boy’ o ‘Fior Di Latte’ pero recurrir a Bankrupt! o Wolfgang Amadeus para enamorar por completo al público de Kobetamendi. Un enorme espejo inclinado tras ellos aportaba una visión diferente del grupo pudiendo ver sus pasos y movimientos. No quedó ahí. Otros grupos invierten el presupuesto en grandes pantallas. Phoenix lo reflejaron. El suelo eran pantallas con creativos ilustraciones visuales. El término no podía ser de otra manera que con el ritual baño de masas que se da Thomas Mars, en Bilbao, con los asistentes empapados, no rompió la tradición.

La banda más esperada del cartel, The Killers, subió al escenario pasadas las 23:45 de la noche con la suave lluvia que empezaba a enfriar las temperaturas. Sin perder el tiempo con saludos innecesarios, comenzaron con ‘Mr. Brightside’ -posiblemente el mayor hit de su discografía-. Los de Las Vegas tienen un sinfín de temas que son fácilmente coreables para el público aunque pecan quizás de llegar a las masas en sus últimos tres álbumes. No faltó potencia al sonido de los instrumentos pero es posible que a la voz de Brandon Flowers le sobrara un poco de volumen. Además el cantante parece desafinar desde el primer momento, entendemos que es parte del ADN de la banda. Dentro de la nueva línea musical del Bilbao BBK Live, es posible que The Killers sea el cabeza de cartel que recuerda tiempos más comerciales como Coldplay o Franz Ferdinand que a apuestas más potentes y renombre como Arcade Fire o Radiohead.

Los británicos Royal Blood tuvieron la difícil tarea de atraer la atención del público tras la actuación de The Killers. ¿Lo consiguieron? Es indiferente, si la gente se marchó después del cabeza de cartel probablemente se perdieron uno de los conciertos del festival. Sin tapujos, ni medias tintas, Royal Blood son dos en el escenario y suenan como si fuesen cuatro. Con solo dos álbumes, a Mike Kerr y Ben Thatcher les sobran las canciones. Comenzaron con ‘Where Are You Now?’, siguieron con ‘Lights Out’ y terminaron con ‘Out of the Black’ tras otras nueve canciones de puro rock.

Crónica del sábado
Abrir con una buena banda nacional ha sido una tónica constante del Bilbao BBK Live. Los encargados de esta última jornada fueron Los Bengala con su garage rock. Sus temas desenfadados y letras irónicas consiguieron que los primeros asistentes agitaran la cabeza con cada golpe de bombo. El dúo, vestidos con una camisa de tigre retro, fueron toda una sorpresa. Si los maños encendieron al poco público que había, Saint Motel se encargaron de dormir a la gente y también a las ovejas del monte de al lado. A/J Jackson, un cantante estándar que no pasará a la historia, parece que se ha metido en el negocio musical de irse de festivales porque está de moda.

Saint Motel se hicieron bola pero The Orwells consiguieron que la gente se olvidase rápido con potentes riffs y con un Mario Cuomo desatado. Una aerolínea perdió los instrumentos de los norteamericanos durante el desplazamiento a Bilbao y no estaban de muy buen humor así que lo pagaron con insultos al aire y contra los instrumentos que les habían prestado. Esto dio lugar a un concierto muy punk que dejó satisfechos a los asistentes. Al igual que Explosions in the Sky, la actuación de Brian Wilson era uno de los regalos imprescindibles de esta edición. El que fuese cantante de The Beach Boys sigue promulgando sus temas pese a sus 75 años y eso es todo un detalle. La banda ejecutó todos los temas con maestría mientras Wilson cantaba sentado en el piano. El norteamericano no puede con los agudos por lo que se apoya en un cantante adicional, también cuenta con Al Jardine para algunos temas. El set de 70 minutos se antojó corto donde apenas pudo interpretar el Pet Sounds. El bis con ‘Good Vibrations’ fue el momento álgido poniendo punto y final a la actuación.

La perspectiva de !!! cambió radicalmente en su concierto en el Bilbao BBK Live, habiéndoles visto durante esta gira en días menos entregados, en Kobetamendi dieron su alma al público. Si los asistentes no se animasen bailar -que no fue el caso- ya lo hacían por ellos Nic Offer y Lea Lea. La pérdida del micrófono en uno de sus coordinados movimientos de baile pausó durante unos minutos el show pero no se volvió a repetir un espacio de tiempo en la siguiente hora. Divertidos -incluso animando al público a donarles ropa dicho a colación de un short que había caído en el escenario y que Offer se probó in situ-, bajaron al foso camuflándose entre el público para dar paso a Two Door Cinema Club. Los de Alex Trimble comenzaron en el escenario Bilbao con un leve desvío hacia versiones más guitarreras de las canciones de su primer y segundo álbum -el primero tocado casi de forma íntegra el sábado-. El indie estándar masivo que llevan replicando durante siete años Two Door Cinema Club repite la fórmula con cada trabajo y les cierra las puertas a volar mas allá de esta posición que es gracias al momento, no a su trascedencia. Aunque el cambio de actitud -y físico- de los integrantes es evidente, no resolvieron una buena actuación ante más de 36.000 personas.

Antes del esperadísimo concierto de Die Antwoord, Bobby Gillespie y sus Primal Scream salieron a escena para defender en directo su disco Chaosmosis. No olvidaron sus clásicos como ‘Rocks’, ‘Loaded’ o ‘Moving On Up’. La voz del escocés sufrió durante los primeras temas del concierto aunque tras un par de canciones mejoró notablemente. Su actitud de auténtico rockstar noventero desaliñado no concordaba con su vestimenta brillante, aunque quien conozca la trayectoria de estos sabrán lo eclécticos que son.

El punto final al sábado lo pusieron Die Antwoord. Difícil explicar lo que vivió el Bilbao BBK Live con los de Ciudad del Cabo y fácil etiquetarles en un sinfín de influencias, estilos y connotaciones que el dúo lleva realizando en su carrera musical que, por cierto, han confirmado que tocará a fin este mismo año. Probablemente ellos fueron los cabezas de cartel más arriesgados que el festival bilbaíno ha incluido en sus doce ediciones. Más allá de la polémica de si el puesto era merecido, Die Antwoord llenaron e hicieron bailar al público como ningunos otros en un monte hecho barro. Acompañados por el DJ Hi-Tek -escondido tras una máscara de lo más inquietante- y por dos bailarinas que evolucionaban con diferentes disfraces, la actuación se centraba en las figuras de Yolandi y Ninja que se turnaban subiendo a la enorme plataforma trasera. Los sudafricanos presentaron los efectos de un DJ y los soportes de visuales -excéntricos, convulsivos y morbosos- de una banda. El dúo supo enlazar canciones de su último trabajo Mount Ninji and da Nice Time Kid con éxitos de su discografía como ‘Baby’s On Fire’ o ‘Ugly Boy’, resultando las voces en ocasiones demasiado idénticas a cómo suena grabado en estudio.