En Europa, el ahogamiento es la segunda causa de muerte accidental, después de los accidentes de tráfico, en personas menores de 19 años, y en nuestro país representa el 13% de la mortalidad infantil por lesiones. Según se recoge en el documento “Recomendaciones sobre la prevención de ahogamientos”, elaborado por el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones No Intencionadas en la Infancia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y publicado en la revista Anales de Pediatría, cada año 450 personas de todas las edades fallecen por este motivo, en la edad pediátrica, los niños pequeños y los adolescentes varones son los grupos de mayor riesgo. Por ello, y ante el comienzo de la temporada de baño, los pediatras recuerdan que una estrategia esencial de prevención de ahogamientos es la supervisión del niño que se encuentre próximo a cualquier entorno acuático, bien sea piscina, bañera, playa o cubos con agua, entre otros, “entendiendo como vigilancia adecuada cuando la distancia al menor es inferior a la longitud del brazo del cuidador, es decir, tenerlos al alcance”, especifican.