El Director General del Ente Vasco de la Energía Iñigo Ansola y el Director de Calidad e Industrias Alimentarias Peli Manterola han participado esta mañana en la la jornada de formación “Biomasa para usos térmicos” que se ha celebrado en el Museo Artium de Vitoria-Gasteiz. La cita ha suscitado el interés de agentes instaladores como empresas de ingeniería y arquitectura, empresas del sector maderero y entidades locales interesadas en instalaciones para el aprovechamiento de la biomasa.
La biomasa es la fuente de energía renovable más utilizada en Euskadi. La superficie forestal arbolada de la Comunidad Autónoma Vasca está aumentando cada año. Es, por lo tanto, una materia abundante y su gestión ofrece la posibilidad de aprovechar la madera con fines energéticos, principalmente para calefacción y agua caliente sanitaria. Se calcula que la existencia de madera de nuestros bosques alcanza los 62,6 millones de metros cúbicos y el sector forestal contaría con cerca de 400.000 hectáreas, lo que representa el 55% de la superficie total de Euskadi.
Ante esta realidad, el Director General del EVE Iñigo Ansola ha destacado el papel de la biomasa en la política energética vasca. Euskadi se ha propuesto aumentar el uso de las energías renovables en un 125% y en el caso de la biomasa, “que tiene potencial de crecimiento”, se prevé que supere el 72% del mix energético dentro de 10 años. “Tal vez, parte de la respuesta a las necesidades energéticas actuales resida en nuestro pasado, en el que utilizábamos los recursos de nuestro bosques y ríos con el debido respeto al entorno” ha explicado Iñigo Ansola.
La biomasa supone actualmente el 67,8% del mix energético de renovables. Ansola ha añadido que “para la consecución de esos objetivos el EVE mantiene cada año unas líneas de apoyo como el Programa de ayudas a inversiones e instalaciones de aprovechamiento energético de la biomasa y las ayudas para eficiencia energética en las empresas que tienen el objetivo de impulsar esta fuente de energía renovable”. A lo largo de tres décadas, el EVE ha impulsado a través de sus programas de ayudas alrededor de 4.000 instalaciones de biomasa térmica en Euskadi, que son visibles en numerosas instalaciones públicas como polideportivos, edificios de la administración y también en viviendas particulares. Además, cuenta con un horizonte de muchas oportunidades de desarrollo dado que su potencial fundamental reside en los recursos forestales y los agrícolas.
Por su parte, HAZI, que lleva a cabo numerosos proyectos en colaboración encaminados a dar respuesta a las necesidades del sector agroalimentario y del medio rural y marino, tiene el objetivo de asegurar que la función productiva del primer sector vasco se desarrolle de forma compatible con el progreso sostenible de nuestras zonas rurales. Así, el Director de Calidad e Industrias Alimentarias Peli Manterola ha subrayado que “el desarrollo de la nueva bioeconomíatiene como uno de sus principales sustentos el sector forestal vasco. Las aplicaciones de la madera hacen de ella el material del futuro”. Manterola ha explicado que a sostenibilidad del recurso forestal, así como la optimización del mismo “nos exige el desarrollo de diversos proyectos y el impulso de la biomasa se encuentra dentro de ellos como una iniciativa estructural para el desarrollo de zonas rurales”.
Durante la jornada se ha analizado a fondo el recurso de la biomasa y su potencial de implementación en distintos sectores. Se ha abordado la situación actual de la banda marrón y roja que se ha propagado en los últimos tiempos en los pinares de nuestros territorios y su repercusión en el aprovechamiento de la madera. El análisis de la oferta actual del mercado maderero y el potencial de las podas agrícolas ha pasado por dar a conocer también la posibilidad de valorizar energéticamente el sarmiento de los viñedos de la Rioja Alavesa.
En un orden de cuestiones más ligadas a la tecnología, se han analizado soluciones de calderas de alto rendimiento, el ecodiseño y la conectividad 4.0 para calderas de pellets. La jornada ha finalizado con un repaso de casos de éxito y prácticas ejemplares como la regeneración urbana de una zona de Sestao donde se ha instalado una red de calor pública alimentado con biomasa. Tanto el caso de Sestao, como el district heating para abastecer las necesidades de calor de las Bodegas Remelluri (Labastida) han sido dos de las buenas prácticas que se han dado a conocer mediante paneles durante el networking celebrado a media mañana.