En torno a 100 representantes de instituciones, centros de investigación, universidades y empresas se han dado cita hoy en la jornada ‘Etorkizuna Ikusmiran – Retos y realidades de las Biociencias en Gipuzkoa’, impulsada por la Diputación Foral con el objetivo de dar a conocer las tendencias y oportunidades del sector biosanitario, realizar un diagnóstico compartido de sus desafíos de futuro, y profundizar en la colaboración para desarrollar todo su potencial económico, social y asistencial. El encuentro, que ha tenido lugar en el Parque Tecnológico de Miramón, ha puesto de relieve el crecimiento de un ámbito que cuenta con 200 empresas en la CAV, generando un total de 8.000 empleos cualificados, y que espera alcanzar el 3% del PIB vasco en 2025 gracias al crecimiento de la medicina regenerativa, las terapias génicas, los dispositivos médicos para diagnósticos, la salud digital (e-health) o la telemedicina.
Uno de los hitos ha sido la presentación del estudio de evaluación de las Biociencias-Salud en Gipuzkoa, que analiza el impacto de las políticas, programas y acciones desarrolladas durante los últimos 20 años para el impulso de la iniciativa emprendedora de este sector, y recoge el trabajo que vienen realizando los distintos agentes que componen un ecosistema en constante crecimiento en Euskadi y particularmente en Gipuzkoa. Para su elaboración se han realizado cerca de 50 entrevistas a los y las responsables de las principales entidades con impacto biosanitario en el territorio y se ha enviado un formulario a todas las empresas apoyadas por el Programa “Txekintek-Ekintzaile”, gestionado por BIC Gipuzkoa con la financiación de la Diputación y el Gobierno Vasco (a través de SPRI).
El diputado general Markel Olano y la consejera de Sanidad del Gobierno Vasco Gotzone Sagardui han encabezado la representación institucional. Olano ha señalado que las biociencias constituyen un “ámbito estratégico en la construcción de la economía del futuro, ya que aportan empleo de calidad, desarrollo tecnológico e internacionalización, pero también son esenciales desde el punto de vista de la salud y el bienestar, mejorando la vida de las personas. Esto lo hemos visto en la pandemia con el rápido desarrollo de las vacunas, y en recientes descubrimientos contra enfermedades como el cáncer, algunos de los cuales Gipuzkoa y Euskadi han sido partícipes”.
Ha añadido que “la visión de futuro tenida en su momento, la colaboración interinstitucional y público-privada, y la inversión sostenida y decidida en este sector” han permitido consolidar “un ecosistema prometedor”, pero ha instado a dar “un salto cualitativo”, afianzando “una industria de inversión que permita que nuestras start ups puedan afrontar los tiempos de maduración propios de este ámbito, crezcan y sean más competitivas sin perder el arraigo”, o estableciendo mecanismos “para ahondar la coordinación entre los distintos agentes, partiendo de las fortalezas y capacidades de cada uno: instituciones, centros tecnológicos, ecosistema de impulso al emprendizaje, empresas y sistema sanitario”.
En ese sentido, el diputado general se ha mostrado ilusionado con el proyecto GANTT de Etorkizuna Eraikiz, que tiene como objetivo posicionar a Gipuzkoa y a Euskadi como una referencia mundial en el desarrollo de las terapias celulares, génicas y de ARN con una orientación industrial, involucrando a agentes como Viralgen y VIVEbiotech, UPV/EHU, los CIC, Grupo Mondragón, OSI Donostialdea o Biodonostia. Ya se está ultimando la estrategia de una iniciativa que contempla una dotación de 6 millones en el programa de inversiones estratégicas anunciado por el Gobierno Vasco y las tres diputaciones. “Este es un proyecto de país, desde Gipuzkoa para Euskadi. Tenemos en el territorio todas las capacidades necesarias para situarnos en la vanguardia en un ámbito que está revolucionando la medicina, entre las que se encuentra Osakidetza como sistema de salud puntero e innovador. Es un agente clave”, ha subrayado.
Por su parte, la consejera Gotzone Sagardui ha explicado que es necesario un “hábitat favorable” que potencie el desarrollo de tecnologías punteras aplicadas a la salud y ha afirmado que Euskadi lo tiene, aunque ha insistido en seguir fomentando la colaboración público-privada. En el año 2021, el sistema sanitario público vasco, a través de sus Bio-Institutos de Investigación sanitaria, ha colaborado con 53 empresas vascas (el 42% de Gipuzkoa), en un total de 80 proyectos. La Consejera ha afirmado que el sistema vasco de salud debe ser “compañero de viaje para lograr que las empresas vascas desarrollen productos y servicios para acelerar su llegada al mercado y consigan que ese conocimiento y resultados lleguen a la sociedad”. Ese es el fin último de la investigación en salud, ha apuntado.
La jornada ha contado con la participación de personas expertas y agentes del sector que han expuesto su visión sobre la evolución y las perspectivas del mismo. Así, Antonio Pineda, director de Investigación Traslacional y del Programa de Terapias Moleculares del CIMA (Universidad de Navarra) ha ofrecido una ponencia titulada ‘Estación futuro. Oportunidades y retos de las biociencias’. El presidente de la Fundación Biociencias Gipuzkoa Carlos Tamayo ha hecho un balance de la actividad de la entidad impulsada por la Diputación y la Fundación Kutxa. Posteriormente, cuatro start ups con grandes expectativas del territorio, Onena Medicines, Lainomedical, Polimerbio y Zelula Biopharma, han intervenido en el coloquio ‘Semillas de futuro’, centrado en el proceso de transición al mercado y la mejora de patologías.
También se ha realizado una mesa redonda titulada ‘Explorando el futuro’, en la que, con la directora del Basque Health Cluster María Pascual de Zulueta, como moderadora, se ha abordado este ámbito desde distintas perspectivas de la mano de los siguientes protagonistas: Iñigo Atxutegi, director Ikerbasque, Marta Ferrer, decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, Francisco Blanco, director general de Microliquid, Aritz Lazkoz, CEO de Deneb Medical, Santiago Lozano, Asociado director de Fondos de Clave Mayor, y Jorge Aranzabe, director de Inversiones de Gestión de Capital Riesgo del País Vasco
80 millones de facturación y 881 empleos
Tal y como se ha citado anteriormente, la presentación del estudio sobre el sector, por parte de la autora Luisa Pareja y la directora de BIC Leyre Madariaga, fue uno de los hitos de la jornada. Según el informe, es en el año 2000 cuando el sector de las Biociencias-Salud empieza a despegar en Gipuzkoa, con la puesta en marcha de la Estrategia Biobasque por parte del Gobierno Vasco. BIC Gipuzkoa impulsa desde 2003 el emprendimiento en el sector mediante el programa “Txekintek – Ekintzaile”. En la actualidad, un 20% del total de proyectos apoyados por dicho programa corresponden al sector de las Biociencias-Salud, de los cuales cerca del 50 % sigue operando actualmente en el mercado. Desde 2003, se han invertido un total de 6,2 millones (50% Diputación Foral de Gipuzkoa, 50% Grupo SPRI) en 175 proyectos (35.000€ de media por proyecto), de los cuales 70 siguen activos. En cuanto al impacto económico, por cada euro invertido por el programa en el sector, las empresas, han conseguido un retorno en financiación de 40,5 euros.
En 2021, las empresas apoyadas por el programa consiguieron una facturación que asciende a los 80 millones, con 881 empleos, lo que supone 90.805 euros de facturación por persona empleada. El 100% de las empresas ha colaborado con algún centro de la red vasca de I+D, y el 85% lo han hecho también con el sistema sanitario. El tiempo medio requerido desde que se constituye la empresa hasta la primera ronda de inversión es 2 años, y de 4 años hasta la primera venta, lo que supone el doble de tiempo respecto a otros sectores más tradicionales. El 80% de las empresas registradas tienen entre 1 y 3 patentes solicitadas y concedidas, o secreto empresarial.
Gipuzkoa se caracteriza por una larga trayectoria en el sector de los dispositivos médicos, correspondiendo un 35% de las empresas de las Biociencias-Salud apoyadas por BIC Gipuzkoa a dicha rama. Esto se debe a la fortaleza industrial del territorio, que ha hecho que un importante número de empresas industriales se diversifiquen de sectores tradicionales al sector salud. La siguiente rama con más peso es la salud digital (19%), seguida por el desarrollo de compuestos (17%).
La labor de la Fundación Biociencias ha contribuido también notoriamente a la consolidación de un ecosistema referencial en Gipuzkoa, respaldando la trayectoria de 12 start ups, con una dotación económica de 3,58 millones de euros, y con un impacto de 88 puestos de trabajos directos. Cabe citar también el papel de los parques tecnológicos del territorio como espacios de referencia, ya que albergan 34 empresas del sector con una facturación de 172,685 millones y 587 empleos. Asimismo, el 60,44% de las empresas asociadas en el Basque Health Cluster son de Gipuzkoa, lo que evidencia el peso del sector en el territorio.
El estudio ofrece también datos de la CAV, donde el gasto en I+D interna en actividades relacionadas con la biotecnología ascendió en 2020 a 126,6 millones, un 2,6% más que en 2019, lo que representa el 8,5% del gasto total en I+D interna. Las cerca de 200 empresas vascas del sector de la Bio-Salud dan empleo en la actualidad a más de 8.000 profesionales con un elevado nivel de especialización y profesionalización. 50 son empresas de “medical devices” (33%), 33 son empresas biotecnológicas (22%), 26 están dedicadas a servicios conexos vinculados al sector (17%), 20 a servicios de e-Health (13%), 16 en el campo de HealthCare (10%), y 13 en el sector farma (8%). Euskadi se encuentra respecto al resto del estado en cuarta posición por número de empresas biotecnológicas, tercera posición en I+D, y es la octava potencia mundial en producción científica en biotecnología.
Desafíos
El estudio cita también una serie de retos para el desarrollo del sector, entre los que se encuentra la “accesibilidad a los datos del sistema sanitario, además de a las muestras, y la coordinación con el sistema público de salud a la hora de realizar ensayos preclínicos, clínicos y validaciones con las start-ups del sector; una mayor intensidad de capital, debido a los largos periodos de maduración, que permita una mayor ambición en líneas de investigación y de futuro; y dar más visibilidad a los proyectos que ya están en marcha para seguir generando crecimiento y talento”.