El Ayuntamiento de Donostia / San Sebastián se ha puesto en contacto con cerca de 30.000 ciudadanos y ciudadanas de más de 65 años que viven solas o conviven con personas de su misma edad o mayores. Alrededor de 140 trabajadores municipales de distintos departamentos han participado colaborado con el proyecto Lagunkate promovido por Donostia Lagunkoia y gestionado por su coordinadora Eva Salaberria.
El alcalde Eneko Goia ha querido “agradecer sinceramente tanto a la dirección como a los trabajadores del ayuntamiento por la labor realizada durante estas semanas contactando con estos 30.000 donostiarras para conocer su situación”.
Desde la pasada semana, el personal del ayuntamiento ha llamado uno a uno a los 20.000 hogares en los que se ha identificado que viven una o más personas mayores de 65 para detectar cómo les está afectando la situación de estado de alarma generada por el COVID-19, saber si tienen recursos para satisfacer sus necesidades básicas en esta situación, si disponen de redes para cubrir esas necesidades y derivarles a los recursos existentes para hacerles llegar esa ayuda en caso de necesitarla. En definitiva, el ayuntamiento quiere tender una mano a personas que esta viviendo con especial dificultad la situación de confinamiento que se ha derivado de esta crisis sanitaria.
Estas llamadas se han realizado siguiendo un protocolo establecido y han sido organizadas por barrios, dado que el objetivo es tener una idea global de la situación y poder poner en contacto a las personas que lo necesiten con los recursos que puedan existir en su entorno de proximidad.
Goia ha apuntado que “en términos generales hemos encontrado a estas personas en buena situación. La mayoría de ellas nos transmiten que tienen medios para satisfacer sus necesidades básicas en este contexto, pero hemos quedado en seguir realizando estas llamadas en una segunda ronda para conocer su evolución”.
Durante las llamadas, el personal municipal se han interesado por la situación de cada persona tratando de identificar cualquier ayuda que pudieran requerir, ofreciéndoles los diferentes recursos que están a su disposición, tanto para necesidades básicas de la vida cotidiana como líneas de acompañamiento y apoyo emocional.