La familia de la artista donostiarra Rosa Valverde (San Sebastián 1953 – Azkaine 2015) ha donado al Museo San Telmo una parte de la obra en papel de la artista. Se trata de 197 obras inéditas procedentes del estudio de la artista, realizadas sobre papel, cartulina y cartón. Además de soportes convencionales, en muchos de estos trabajos Valverde utiliza materiales “casuales”: cuadernos de dibujo escolar, folios de escritura, papeles de regalo o bandejas de cartón, lo cual parece mostrar el carácter íntimo y espontáneo de estas creaciones.
En cuanto a los procedimientos artísticos, Rosa Valverde hace uso de recursos técnicos variados como collage, lápices de color, tinta, acuarela, témpera, pastel y ceras, que puede llegar a combinar en un mismo trabajo. El tamaño de los dibujos es de pequeño y mediano formato, no superando los mayores la medida de los 45 x 60 cm.
Más concretamente, se trata de 23 obras que incluyen gouaches, acuarelas y ceras de la etapa de la Academia Libre de los Jueves, entre los años 1964 – 1967; cinco obras de sus primeros años de trayectoria, entre 1970 y 1978, realizadas en diferentes técnicas (lápiz, ceras, tinta, acuarela y collage); y 169 dibujos realizados entre 1979 y 2014, también en diferentes técnicas.
Encontrar los dibujos que estaban guardados en las carpetas de su estudio tras la muerte de la artista fue una sorpresa para la familia. Y es que, aunque Rosa reconocía al dibujo su gran importancia, no solía llevar dibujos a las exposiciones, con la excepción de la gran muestra de 2012 en la Ciudadela de Pamplona.
En palabras de Michel Mejuto, galerista que ha realizado el informe sobre la donación, “es importante resaltar el interés documental del legado, ya que este conjunto de 197 dibujos permite trazar un recorrido cronológico ininterrumpido por la obra de Rosa Valverde, desde sus primeros pasos como alumna de la Academia Libre de los Jueves bajo la tutela de José Antonio Sistiaga y Esther Ferrer –enseñanza que sería clave en el desarrollo posterior de su visión artística-, hasta los dibujos finales realizados en los meses anteriores a su fallecimiento.
Este corpus de dibujos permite además comprender desde una perspectiva panorámica la evolución estilística de Rosa Valverde y documentar los temas y obsesiones que la artista convirtió en argumento y leitmotiv de su obra, enfocada en torno a la psique y el cuerpo femenino, la evocación de la infancia, sus temores y enigmas.
En definitiva, se trata de un conjunto que ilustra y enriquece la comprensión de su obra más difundida, pintada al óleo o materializada en las cajas construidas con objetos encontrados que la artista recogía y acumulaba en su estudio.
Este legado supone, además, una excelente oportunidad de preservar la memoria de la creadora guipuzcoana, artista singular de discurso artístico personal, que se aparta tanto de los patrones de la abstracción de postguerra como del realismo teñido de evocaciones pop, irónicas y surreales habitual entre los autores coetáneos de generación, abriendo un capítulo original en el desarrollo del arte guipuzcoano de la segunda mitad del siglo XX.
Utilizando un lenguaje antiacadémico, próximo al art brut y a la indagación surreal, Rosa Valverde construyó un mundo personal y coherente centrado en la psique y el cuerpo de la mujer desde una sensibilidad doliente y delicada.”