La delegación del Gobierno, Acción Cultural Española (AC/E) y la Diputación Foral de Gipuzkoa han presentado hoy en Donostia la exposición Basque Way, un viaje de 20.000 kilómetros con 12 paradas históricas y una serie de fotografías que tratan de rescatar las huellas de aquellos vascos y vascas que viajaron a América sin billete de vuelta.
La iniciativa, organizada por la Asociación Tejas Rojas y que cuenta como coorganizadores con Acción Cultural Española (AC/E), Delegación del Gobierno en el País Vasco y la Diputación de Gizpukoa, incluye 12 cubos de 1,5×2 metros. La exposición ya estuvo expuesta en Vitoria-Gasteiz y Bilbao. Los cubos estarán instalados hasta el 30 de julio frente al Koldo Mitxelena Kulturunea.
Han presentado la muestra en la capital guipuzcoana el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso; la directora foral de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa, María José Telleria; el fotógrafo David Quintas y el escritor Martín Ibarrola.
Itxaso ha destacado durante la presentación que la exposición “repasa la huella de los vascos en el continente americano durante muchos siglos haciendo paradas concretas en diferentes países donde se dan cita historias, leyendas, documentos y, en definitiva, huellas que tienen una expresión gráfica en forma de hermosas fotografías. Esas imágenes dan cuenta de ese ser, de ese instinto aventurero, abierto, cosmopolita y universal de los vascos. Ese viaje sin billete de vuelta ha representado también toda una manera de extender nuestra cultura, de hacernos conocidos en el mundo. Creo que esta muestra lo refleja muy bien, con historias muy diversas, desde espías a historias de carácter antropológico, arqueológico, etnográfico y también popular”.
Mientras, María José Telleria ha resaltado cómo el afán de vivir una vida mejor ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes y cómo esta muestra da testimonio de la aventura que vivieron hombres y mujeres que abandonaron su hogar para encontrar su sito a miles de kilómetros de distancia. “Hoy son también muchos los que se ven empujados a este exilio y en justa correspondencia, nos toca a nosotros ahora favorecer la construcción de trayectorias vitales que, a buen seguro, harán más interesantes y completas las nuestras. Esta exposición quiere ser un homenaje a quienes partieron y a quienes les acogieron”.
Por su parte, David Quintas ha explicado que “el recuerdo de aquellos vascos y vascas sobrevive en los lugares más insospechados. A veces encontraba referencias en los letreros de comercios exóticos y otras tuve que explorar pueblos perdidos entre las montañas para localizar un topónimo. Me alegra poder compartir ahora esa aventura y reivindicar las huellas perdidas de los que se fueron”.