La delegada de Cultura, Juncal Eizaguirre ha presentado este miércoles la exposición «El hilo del tiempo», obra de la irundarra Ainara Oskoz. Junto a la propia autora han visitado la colección de objetos artísticos que se podrán visitar en la Sala de Exposiciones Menchu Gal del 8 de julio al 29 de agosto. La exposición se podrá visitar de miércoles a sábados de 18:00 a 21:00 y los domingos y festivos de 11:30 a 13:30h.
«El gran significado que tiene para Ainara Oskoz estos objetos que presentamos en la Sala Menchu Gal hacen de esta exposición algo muy especial. Tuvimos la oportunidad de disfrutar con su pintura durante la primera edición de Kultura KM0 y ahora tenemos la oportunidad de acercarnos a su arte de otra forma», destacaba Juncal Eizaguirre, quien además subrayaba el hecho de que “la sala Menchu Gal se abre nuevamente a al trabajo de artistas locales”. Cabe destacar que Ainara Oskoz fue también finalista del
certamen Adour-Bidasoa 2000.
Descripción de la exposición
Tal como figura en el texto del catálogo, cuyo autor es Asier Pérez-Karkamo, con esta exposición, tomando como punto de partida la muerte de un familiar, la artista reflexiona sobre el amor, los secretos, las memorias, los recuerdos, los rituales, los sueños, el vacío… Una muerte que lleva a la artista a mirar tanto hacia atrás como hacia adelante, reescribiendo su pasado, su presente y su futuro, cerrando un círculo personal y artístico, y colocándola ante un nuevo reto creativo.
Si bien su faceta más conocida y premiada es la pictórica, El hilo del tiempo nos muestra a una Oskoz más íntima y más personal. En las dos salas de Menchu Gal encontramos obras creadas con objetos que pertenecen al hilo personal de la artista. Es una obra en la que se pregunta de dónde viene, quién es como persona y como artista, y por qué. Es un diario personal que comienza a escribirse en 2018, pero que sufre un vuelco en 2019 que la obliga a viajar al pasado para entender el presente y resituarse ante al futuro.
Así, aunque la exposición recoge una trayectoria que abarca los últimos diez años, tanto en lo personal como en lo profesional va mucho más allá, ya que no se puede entender lo que hoy es Ainara Oskoz sin tener en cuenta esos posos familiares que lo impregnan todo al reflexionar sobre la muerte, la fragilidad de la vida, el paso del tiempo y, por encima de todo, el apego, representado a través de los objetos.
Pasado, presente y futuro en una serie de obras oscuras y a la vez luminosas, tremendamente personales, pero igualmente universales. Un puente entre espacio- tiempo y el emocionario personal de la artista, que descubre su intimidad ante el espectador. Artísticamente representa un tiempo que parece no moverse pero se mueve, un hilo que entrelaza un pasado que a la vez es un presente, y un futuro que no lo sería si no hubiera existido ese pasado. Habla de la fragilidad, la fugacidad, el silencio, las creencias, la letanía… la muerte y la vida. Porque El hilo del tiempo entiende la muerte como germen de vida. Una vida que nace tras la sombra de una muerte.
El hilo del tiempo reúne obras creadas a lo largo de una década que mantienen una coherencia y similitud artísticas, pero que dejan entrever una transformación a nivel personal de la artista. Son palpables el vacío generado por la muerte, la tristeza, el descubrimiento de los objetos que rezuman recuerdos, y la alegría vital que se impone a la pérdida… Quienes conocen de cerca a Oskoz van a identificarse con la obra porque van a reconocer muchos de los objetos que están presentes en la misma, y que pertenecen a varias generaciones de su entorno personal y familiar. Pero también quienes no la conocen personalmente entenderán su hilo del tiempo, y se verán reconocidos en él, debido a la universalidad de los sentimientos que desborda.
Ainara Oskoz
Ainara Oskoz Bergareche nació el 8 de julio de 1976 en el Antiguo Hospital de Irun, frente al albergue de Sancho de Urdanibia, que acoge precisamente desde 2010 esta sala de exposiciones Menchu Gal. Recibió clases de dibujo en la Academia Municipal de Irun, de pintura con Mensu (José Mensuro), y de música. Y posteriormente estudió Arte y Antigüedades en el Centro de Nuevas Profesiones de Madrid, donde presentó la tesina El Japonismo en los abanicos españoles del siglo XIX. Posteriormente se especializó en Tasación de Obras de Arte en la Escuela de Arte y Antigüedades, también en Madrid.
También recibió formación de sus dos grandes maestros: José Gracenea y Javier Alkain. A la vez que trabajaba aprovechó para seguir formándose, acudiendo a varios talleres multidisciplinares (cerámica, escultura, pintura y dibujo, arteterapia…) tanto en su Irun natal, como en Madrid y Barcelona. De esa época son sus dos exposiciones en el Gazteleku Martindozenea de Irun, Yo en mí (2006) y Del origen, la paciencia, el amor, el amor y el sueño (2008); sus primeras obras seleccionadas en el certamen Adour Bidasoa (Agua en 2007, y Marta en 2008); y las instalaciones Ghetto Novo Venecia (2011) y Sugerencias (2011).