El departamento de Hacienda y Finanzas de la Diputación Foral de Gipuzkoa recaudó 4.634,9 millones de euros en 2020. Este cierre de año supone que una bajada de 389,2 millones de euros respecto a 2019 (-7,7%) y de 502,4 millones respecto a lo presupuestado (-9,8%). La portavoz foral, Eider Mendoza, ha explicado que el descenso es consecuencia directa del impacto económico de la pandemia del COVID-19. Sin embargo, el descenso es inferior al inicialmente previsto, debido principalmente a dos factores: el año 2019 fue muy bueno y su influencia se ha sentido en el año 2020 ya que, por ejemplo, en la campaña de la Renta se grava el año anterior; y, por otro lado, el descenso de la economía en el segundo semestre no ha sido tan grande como se esperaba.
Mendoza ha comparecido esta mañana ante los medios de comunicación, como cada semana, para dar cuenta de las decisiones adoptadas y los temas tratados en el Consejo de Gobierno de esta semana, donde ha dado a conocer los datos de recaudación. Asimismo, ha recordado que la liquidación definitiva del año se realiza en el Consejo Vasco de Finanzas que se celebra a mediados de febrero. «Será entonces cuando se determine cómo se distribuyen todos estos recursos recaudados en el año 2020 entre los diferentes niveles institucionales de la Comunidad Autónoma y de nuestro territorio», ha explicado la portavoz foral.
«Con estas cifras sobre la mesa, lo que se ve es que la crisis que ha provocado la pandemia del COVID-19 ha tenido un impacto enorme en nuestra recaudación fiscal. Hemos recibido 500 millones de los que habíamos previsto en el presupuesto, una bajada muy considerable. Sin embargo, hemos podido responder bien a esta caída por dos cuestiones: en abril, cuando explotó la crisis, hicimos los ajustes presupuestarios necesarios; y en septiembre, gracias al acuerdo que alcanzamos en la Comisión Mixta del Concierto Económico, obtuvimos capacidad de déficit en el año 2020 «, ha recordado Mendoza.
Sin embargo, el descenso ha sido menor de lo que se preveía en un principio, y en este sentido, Mendoza ha dicho que «es una noticia positiva», ya que la recaudación fiscal es un reflejo directo de la realidad socioeconómica. “Si el descenso no ha sido tan grande, significa que la actividad económica y el mercado laboral han aguantado mejor de lo esperado”, ha explicado. Las razones que subyacen a ello son dos: por un lado, en el año 2020 se hayan pagado los impuestos correspondientes al año 2019, que fue “un muy buen año”. Ello se refleja, por ejemplo, en la campaña de la Renta, donde la Hacienda foral de Gipuzkoa obtuvo el mejor resultado de su historia. Por otro lado, en el segundo semestre la actividad económica no ha bajado tanto como se esperaba. En este último punto, Mendoza ha recordado que los datos de ventas de las empresas que se dieron a conocer la semana pasada, correspondientes a noviembre, han sido los mejores desde el inicio de la crisis del COVID-19.
En lo que respecta a los principales impuestos, el ámbito más afectado por la crisis ha sido el consumo. Por ello, la caída ha sido mayor en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), con un descenso de la recaudación del 14,1%, casi 200 millones de euros. También ha resultado negativo el Impuesto sobre Sociedades, en este caso por dos motivos: por un lado, el crecimiento en las devoluciones, que ha sido parte del esfuerzo de la Hacienda foral para ayudar a la actividad económica; y por otro, la caída en los ingresos que ha provocado la crisis del COVID-19. Por último, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) ha cerrado el año en positivo. Entre los factores que han influido aquí, hay que mencionar la mejor campaña de Renta de la historia y también el hecho de que las retenciones del trabajo se hayan mantenido en positivo, señal de que el mercado laboral ha resistido mejor de lo esperado a la crisis.
De cara al futuro, Mendoza ha dicho que la «prudencia» es la máxima de la Diputación de Gipuzkoa para 2021. «Las incertidumbres son mayores que nunca, tanto las relativas a la pandemia como las que afectan a la economía en general. Además, hay que tener en cuenta que en 2020 tuvimos a favor que el año precedente fue muy bueno, cosa que no ocurrirá en el presente ejercicio, lo que va a influir directamente en nuestra recaudación tributaria presente. Por ello, se prevé que las campañas principales no sean tan buenas como las del último año”, ha subrayado Mendoza.
Plan de Formación en residencias
Por otra parte, Eider Mendoza ha anunciado que el Plan de Formación Integral dirigido a las residencias de mayores de Gipuzkoa sigue ampliándose y su nuevo ciclo comenzará el próximo día 28 de enero. Ubicado en el seno del Plan de Choque activado en marzo para las Políticas Sociales del territorio, “la formación ha sido una de las claves a la hora de hacer frente a la pandemia en las residencias, por eso, seguimos ofreciendo todas las herramientas a nuestro alcance a los equipos profesionales que trabajan en los centros”, ha comentado la portavoz.
El Departamento de Políticas Sociales ha organizado las nuevas sesiones en colaboración con Fundación Matia, con el objetivo de fomentar el bienestar de las personas en tiempos de la COVID-19, tanto de las personas que viven en los centros residenciales, como de las que trabajan en ellos. El nuevo ciclo formativo, que se desarrollará en formato online, abordará diversas temáticas tomando como base la reflexión conjunta, las buenas prácticas y las experiencias compartidas. Así, profesionales de referencia en el campo de los cuidados abordarán cuestiones como el día a día en tiempos de COVID-19, promoción y garantía de derechos, hacia un buen final de vida en el contexto actual, y promoción del bienestar desde el desarrollo profesional.
Parte de política social
Por último, y como cada semana, el portavoz ha actualizado el impacto que la pandemia del COVID-19 está teniendo en los recursos de política social de la Diputación. En las residencias de mayores hay 66 positivos entre las personas usuarias, en 8 residencias diferentes: 1 en la residencia Hermano Garate–San Ignacio de Donostia, 2 en San Gabriel de Hondarribia, 13 en Cruz Roja de Irun, 15 en Bermingham de Donostia, 26 en Debagoiena de Aretxabaleta, 6 en Inmaculada de Irun, 2 en San Martín de Oñati y 1 en Otezuri de Zumaia. De estos casos, 32 se encuentran en la planta social del Hospital de Eibar y en el centro de referencia San José de Ordizia, donde se atiende a las personas usuarias de las residencias que han dado positivo por COVID-19. El objetivo es sacar casos positivos de las residencias para reducir el riesgo de contagio y poder seguir realizando visitas. Desde el 11 de agosto han fallecido 150 residentes y se han curado 604 personas.
En el caso del personal de residencias de personas mayores, actualmente hay 58 trabajadores con diagnóstico positivo, en 25 residencias diferentes. En total, desde agosto se han recuperado 503 personas trabajadoras. En los centros de día, en la última semana se han detectado 5 nuevos positivos y otro caso en la red de recursos que se atiende a personas con discapacidad. No ha habido positivos en la red de inclusión social ni tampoco en la red de atención a menores. Por último, en lo que respecta a las pruebas PCR realizadas, la Diputación, en colaboración con profesionales de la DYA, ha realizado 91.110 pruebas; de ellas, la semana pasada se llevaron a cabo 4.880 entre residentes y personal.