En los últimos años dos factores clave han dado pie a la creación de nuevos trabajos de carácter digital que pueden realizarse cómodamente desde casa. El primero de ellos guarda relación con la crisis económica y laboral que azotó gravemente a España a partir del 2007 y que en la actualidad sigue causando estragos a pesar de que el paro se ha reducido considerablemente. Por otra parte, la proliferación de Internet también ha generado demanda de contenidos que son proporcionados por personas a través de la red sin abandonar sus respectivos domicilios. Es el caso de las webcams porno en las cuales cada vez participan más chicas de todo el mundo con el objetivo de compartir con los usuarios sus atractivos cuerpos de los que se sienten muy orgullosas, ganando al mismo tiempo una considerable suma de dinero que mes a mes les reporta un sueldo envidiable.
La razón económica es la que impulsa a la gran mayoría de féminas que acaban optando por exhibirse en un entorno online. Anteriormente una chica que participaba en sesiones de webcam xxx mostrando sus intimidades no ganaba tanto dinero como en la actualidad, puesto que los internautas preferían optar por la pornografía grabada. Sin embargo, con el paso del tiempo la sociedad ha ido cambiando en el sentido de que ya no establece vínculo alguno con dicho material que solamente es utilizado con fines placenteros. Por el contrario, los individuos agradecen enormemente la posibilidad de interactuar con las mujeres, pudiendo solicitar ciertas acciones como la de tocarse ciertas partes e incluso hacer que digan determinadas palabras en voz alta para el deleite de los usuarios que realizan dichas peticiones. Así pues, cada vez es mayor la demanda de sesiones de cámaras web eróticas que, por supuesto, es satisfecha por las chicas independientemente del tipo de cuerpo del que hacen gala.
Ganar un buen sueldo
El factor mencionado en último lugar también ha dado pie al aumento de modelos femeninas de webcam. Y es que antiguamente existía la creencia de que solamente podía mostrarse ante la cámara aquella persona que tuviera un cuerpo de pasarela, pero precisamente muchos internautas huyen de los vídeos pornográficos grabados con tal de apreciar con sus propios ojos lo que ellos llaman “chicas de verdad”. Lo amateur vende, y más si cabe en caso de que exista una interacción recíproca. La misma es la principal fuente de ingresos de estas trabajadoras que operan de la manera más cómoda posible desde sus casas, aceptando monedas virtuales adquiridas por los visitantes con dinero real a cambio de llevar a cabo las peticiones efectuadas. Cabe destacar el hecho de que la mayoría de ellas son del agrado de las féminas, por lo que no solamente llegan a ganar un sueldo muy superior al de un mileurista mediante sesiones de unas seis horas al día, sino que también disfrutan exhibiéndose en la red y viendo como los demás se lo pasan en grande contemplando todas las partes que conforman sus cuerpos.
Alrededor de cada modelo de webcam se acaba generando una comunidad de internautas que envían mensajes, realizan peticiones y otorgan propinas. Es por ello que en dichos entornos online se hace imprescindible la presencia de un moderador que se encargue de evitar los malos comportamientos que, inevitablemente, surgen cuando se dan cita centenares de usuarios. Fruto de la excitación algunos de ellos terminan lanzando algún que otro improperio que pasa a ser eliminado de inmediato por la mencionada figura, la cual también tiene la potestad de banear al usuario en cuestión con tal de que no vuelva a acceder a la sesión de la chica afectada por su mala actitud. A pesar de este tipo de casos aislados lo cierto es que el ambiente que tiene lugar en los portales de sexo en vivo acostumbra a ser muy respetuoso.
En décadas anteriores dicho trabajo no estaba demasiado bien considerado por la sociedad, pero la misma se ha vuelto mucho más abierta. Tanto es así que algunos novios y maridos de las chicas que lucen sus curvas delante de la cámara actúan como moderadores e incluso participan en sesiones de pareja si así lo demanda el público que ha pagado sabiendo que cerca de la fémina en cuestión se encuentra un chico con el que una sesión de masturbación individual por parte de la mujer podría acabar en una estimulación mutua e incluso ir más allá en función de lo que ambos estén dispuestos a hacer. Este cambio de mentalidad junto al hecho de que Internet ya está prácticamente en todos los hogares ha conllevado la proliferación de dicha actividad en el mercado laboral, incrementándose año tras año el número de mujeres que deleitan a los internautas de multitud de países satisfaciendo sus peticiones delante de una cámara web que emite todas y cada una de las acciones efectuadas por chicas amateurs.