Iñurrategi, Vallejo y Zabalza, a la espera en el CB de una nueva ventana de buen tiempo

Iñurrategi, Zabalza y Vallejo, después de descender al Campo Base tras su intento hacia la cima del Gasherbrum I, reconocen que se encontraron con unas condiciones de la montaña horribles en las que el tiempo no les dio tregua. “Nos queda el consuelo de que este intento ha afianzado aún más nuestra aclimatación y, seguramente, tendremos otra posibilidad de intentarlo” estiman los componentes de la expedición WOPeak17.

La ventana de buen tiempo que les anunciaron, finalmente, no fue tan buena como esperaban. Pensando que esta ventana era corta, pero buena, ascendieron directamente hasta el collado abriendo de manera complicada la huella por el glaciar, hasta los 6.400 metros, con la intención de salir al siguiente día a la cumbre del G-1. Eran 1.700 metros de desnivel desde este punto y si las condiciones eran buenas creían posible hacerlo. Pero una ventisca fortísima hizo que desistieran a la espera de que ésta amainara. Al día siguiente, la ventisca no paró, aunque era algo más suave, y ascendieron con dificultad por el corredor japonés. La pendiente se acentuaba a medida que avanzaban y “la profundidad de la huella que trazamos variaba entre la pantorrilla y la rodilla. Y en muchos casos la superaba. Además, teníamos la sensación de que estábamos escalando en condiciones que se sitúan en lo no aconsejable en cuanto a seguridad” declaran.

Cuando llegaron a la altura del C-3, a unos 7.100 metros seis horas después, comprobaron que la media de ascenso apenas superaba los 100 de desnivel a la hora, así que “hacemos un rápido ejercicio de aritmética y decidimos bajar. A este ritmo, el día no nos daba, además de tener la creciente sensación de que nos encontramos en un lugar en el que no deberíamos estar. Dos horas después, estamos de nuevo en el collado de los Gasherbrum y damos por terminado este primer intento”. Ahora, esperan desde el Campo Base que el estado de la nieve cambie.

La octava etapa WOPeak es una iniciativa impulsada por la Fundación Walk on Project -que financia la expedición-, y dirigida a la lucha contra las enfermedades neurodegenerativas y a la divulgación de estas patologías.