El glaucoma afecta al 2% de la población vasca de más de 50 años y es la segunda causa de ceguera en el mundo

 ¿Sabe usted si padece glaucoma? El 50% de las personas que padecen esta enfermedad lo desconoce. Un total de 50.000 afectados en Euskadi y un millón en España. El 2% de los mayores de 50 años padece glaucoma. El porcentaje se eleva al 3,5% en los mayores de 70 y un 10% de quienes alcanzan los 90 años. Además, es la segunda causa de la ceguera a nivel mundial y la primera de ceguera irreversible. Esta es la carta de presentación de la enfermedad del glaucoma, cuyo Día Mundial se conmemora el próximo 12 de marzo  y que se enmarca en la Semana Mundial del Glaucoma

El Instituto Clínico Quirúrgico de Ofatlmología (ICQO) ofrecerá con este motivo ese día, 12 de marzo, un programa gratuito a lo largo de la mañana y de la tarde (de 9:00 a 13:00 y de 15:00 a 20:00) para la detección precoz de glaucoma dirigido a mayores de 45 años no diagnosticados de glaucoma ni de hipertensión  ocular, a quienes se les realizará unas sencillas pruebas para detectar esa enfermedad. El programa es gratuito pero es necesario reservar, ya que las plazas son limitadas, en el tfno. 670 522 700.

Como señala el Doctor Iñaki Rodríguez Agirretxe, especialista en glaucoma del ICQO y miembro de la Sociedad española del Glaucoma (SEG), el glaucoma “puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad, pero existen circunstancias que predisponen a esta enfermedad”’. Algunos de ellos son los antecedentes familiares -es una enfermedad de origen genético en muchos casos-; la pertenencia a la raza negra, que está más predispuesta a sufrirlo; tener miopía; ser enfermo de diabetes o la toma de corticoides de forma prolongada. “De cualquier forma, el principal factor de riesgo se encuentra en la presión intraocular elevada. Éste es, además, el único que puede ser modificado, de forma que sea posible alterar el curso de la enfermedad”, señala el Dr. Agirretxe.

Precisamente este especialista ofrecerá el día 12 a las 20:00 horas una charla dirigida al público en general –entrada libre y gratuita hasta completar aforo en la sede del ICQO (Virgen de Begoña, 34, Bilbao) sobre “Lo que debemos saber sobre el glaucoma”.

En concreto, el glaucoma es una enfermedad crónica del nervio óptico que da lugar a una pérdida progresiva del campo de visión y que generalmente se debe a un exceso en la presión intraocular. Su importancia radica en que generalmente, hasta fases avanzadas, cursa de forma asintomática, es decir, sin que el paciente note nada. Es una enfermedad a cuya investigación se dedican numerosos fondos. De hecho, este tipo de enfermedades crónicas como son el glaucoma, el asma o la diabetes, conllevan el 77% del gasto sanitario.  

A partir de los 40

El principal factor de riesgo del glaucoma es por tanto la presión intraocular elevadaDebido a su curso lento, la mitad de los pacientes con glaucoma están sin diagnosticar.El doctor Agirretxe señala que es fundamental realizar una revisión oftalmológica a toda persona mayor de 40 años. Con posterioridad, las revisiones deberían de realizarse cada 2-4 años. En casos de mayor riesgo, en los que se cuente, por ejemplo, con alguno de los antecedentes que predisponen a sufrirlo, se recomienda empezar con 35 años y, a partir de dicho momento, de forma bianual.

El diagnóstico del glaucoma se basa en tres pilares: la medición de la presión intraocular y el examen morfológico y funcional del nervio óptico. En cuanto al tratamiento, principalmente consiste en la reducción de la presión intraocular y puede realizarse vía  fármacos, con laser o cirugía. El más común es el farmacológico yconsiste en la administración crónica de colirios hipotensores oculares. El tratamiento con láser sólo es efectivo en algunas formas de glaucoma. Tiene la ventaja de ser un tratamiento bastante inocuo pero el inconveniente de presentar un efecto más limitado en el tiempo. La cirugía se reserva para casos que empeoran a pesar de otros tratamientos, para pacientes intolerantes a los colirios o para glaucomas avanzados. 

En la actualidad no tiene un tratamiento curativo pero, mediante la reducción de la presión intraocular con la administración crónica de colirios, se puede ralentizar e incluso frenar la enfermedad.